El Nuevo País, viernes 24-08-12 / Caracas - Venezuela / Por Francisco Poleo
Como dijo Rafael Poleo en su "Corto y Profundo" de ayer, "Chávez terminará entendiendo que es un disparate votar por Chávez". La inseguridad campea, la gente no tiene donde vivir, los puentes se caen, los obreros se alzan, los presos se matan. Y para rematar, y como consecuencia, las encuestas se voltean. Todo eso a mes y medio de las elecciones.
Lo último es lo de las vías. El oriente del país se encuentra aislado tras el derrumbe del puentecito de Cúpira, cuyas dimensiones no eran acordes a un país rico. Para llegar a Cumaná desde Caracas, donde ayer estaba Chávez, cualquier ciudadano común tarda hasta 16 horas, vía los llanos. Claro, eso si no se tiene el chupa dólares a disposición.
Así mismo, vías vitales para el tráfico nacional como La Cabrera, entre Carabobo y Aragua; y el Puente sobre el Lago de Maracaibo, están a un tilín de una tragedia. Los gobernadores Henrique Salas Feo y Pablo Pérez han procedido a alertar sobre la dramática situación, antes de que el Gobierno se lave las manos y les eche la culpa. Les salió el tiro por la culata con el hipercentralismo.
Mientras tanto, Chávez no habla de eso. Mucho menos de la insólita matazón de presos ocurrida en Yare I. El Presidente ha perdido la noción de lo que pasa en el país, lo cual quedó evidenciado cuando se metió en las honduras del contrato colectivo de los trabajadores siderúrgicos y los obreros le soltaron la desconocida verdad, en su cara.
La tragedia venezolana se agudiza cuando quien debe conducir la nación, está claramente disminuido de salud y sin equipo para asistirlo hasta con los problemas más elementales. Su gabinete no tiene ni la capacidad ni el interés para reconducir la situación. Todos están pendientes de estar en la parte más alta del barco cuando éste se hunda junto a su capitán.
Mientras tanto, parece que hasta la madre naturaleza se ha vuelto en contra de Chávez. En uno de sus contados actos de campaña, el Presidente se dirigió ayer a la golpeada Cumaná. Sin embargo, las lluvias arreciaron en todo el estado Sucre. El icónico río Manzanares se creció y dos personas murieron como consecuencia. Esperemos que la carroza-camión en la cual se traslada el Comandante, tenga salvavidas, porque, como dice la canción de Porfi Jiménez: "se hunde el barco mi querido capitán".
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